A partir de antecedentes topográficos de la zona en estudio, se eligieron 2 perfiles considerados representativos de la geometría del talud, determinándose: altura y pendiente del talud; inclinación de los árboles presentes (conforme su grado de reptación); y, sobrecargas existentes en la cara y/o coronamiento del talud. Más tarde, se realizó la exploración del terreno basándonos en cinco calicatas, distribuidas en los 2 perfiles (Figura cuatro). De ellas se extrajeron muestras de suelo representativas, para realizar ensayos de caracterización física (granulometrías, límites de Atterberg, contenido lsi-laboratorio de Mecanica de Suelos humedad, densidad in situ y densidad relativa) y mecánica (corte directo CD). Adicionalmente, se realizaron ensayos de penetración dinámica con el equipo PANDA. A partir de los resultados logrados de estas pruebas, se procedió a la caracterización geotécnica de los suelos presentes.

Considerando el escenario sísmico establecido para valorar la estabilidad mecánica en un largo plazo (escenario 2), desde los resultados conseguidos, se ha podido terminar que los desplazamientos de masa estimados a nivel global en el campo en estudio, se podrían traducir en deformaciones mínimas que no comprometerían el comportamiento mecánico global de los taludes (Tabla 7), considerando las hipótesis y los criterios de análisis en este segundo escenario de cálculo. Tabla siete. Estimación de deslizamientos sísmicamente inducidos. Es esencial apuntar que, el análisis de la estabilidad mecánica de los taludes en un largo plazo, ha sido realizado considerando que los suelos constituyentes del estrato llamado “duna nueva”, podrían probar un incremento en el estado de compacidad y en los parámetros resistentes, condición que debe ser verificada a futuro.